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Mentores, partners, advisors y otros brujos. Por Daniel Ramos

Dentro de la larga lista de observadores de una startup sobresale la figura del mentor; esa persona que sin pedir nada a cambio, regala conocimiento, experiencia contrastada y una gran sonrisa a aquellos que quieren aprender. Porque el originario mentor no pide nada más que ser escuchado y sentirse admirado, no existiendo mayor éxito para él que el comprobar que su pupilo ha conseguido éxitos y que él tiene parte de culpa o responsabilidad en ellos.

No hace mucho tiempo mi socio Victor Lopez ya me alertaba de la pérdida total de ese aroma a mentor auténtico -aunque aún existen- ya que dentro del ecosistema emprendedor (especialmente el de equipos sin experiencia) esta figura se ha convertido paulatinamente en un negocio ocupado por sabihondos sin experiencia que aprovechan el desconocimiento y la falta de apoyo a los emprendedores en una primera etapa.

Suelen ser estos nuevos mentores consultores reciclados de otros sectores ahora en declive que lo más cerca que han estado de una startup es viendo la fantástica serie Silicon Valley y que insisten en amoldar el camino de la startup a sus conocimientos, y no al revés, siendo este el error fatal.

A menudos sus consejos y planteamientos son copias exactas de manuales de librerías y videos de Youtube con el título “método Learn Startup” e insisten en aplicar soluciones genéricas sobre proyectos con diferentes riesgos, problemas y puntos débiles. Son los mejores amigos de los post-its de colores y los mensajes de superación personal de Mr. Wonderful a quienes plagian sin descanso.

Estos “gurús geniales” no soportan el contacto con la dura realidad realidad y no quieren advertir de una realidad dura en aras de evitar fugas de proyectos, insistiendo en que sus ideas son las que deben respetarse pero por suerte…

NO TODOS SON LO QUE SON

Cierto es que resulta útil contar con personas que aporten experiencias, conocimientos, aptitudes y sobre todo realidad a un coste de 0 euros y que no hay muchos perfiles dispuestos a ello, por lo que la figura del mentor es una solución definitiva aunque muy compleja si se busca calidad.

Cuando pasamos de Fase Seed a Early Stage/Growth Stage o Expansión Stage, donde ciertos perfiles resultan extremadamente necesarios para poder ejecutar las demandas del mercado, considero extremadamente necesario contar con un Counsel on board, diferenciando el tipo de relación y la contraprestación por sus servicios:

  • Counsel “Inside”: han tenido experiencia contrastada en las fases concretas, socios de otras startups y que ayudan a escalar, generar equipos, aconsejar y a construir negocio. 
  • Counsel “Out”: son personas con experiencia en el mercado al que se quiere acudir, con alto conocimiento en comportamientos, con grandes contactos, de gran utilidad tanto para cerrar reuniones sinérgicas como para entrada de socios inversores.

Ahora bien, surge en este momento uno de los aspectos más escabrosos como es el de retribuir a un Counsel. 

La manera más desacertada según mi punto de vista es la de retribuir mediante Equity al carecer de recursos económicos para ello, pues esto lleva a ceder participación sin haber recibido nada a cambio de momento, aunque para ello existe el “vesting” o “régimen de consolidación” (objeto de otro artículo).

La opción más segura, aunque más costosa, es la de retribuir mediante contraprestación económica, habiendo detallado antes que coste de mercado tienen los servicios a prestar.

También sería interesante establecer un híbrido entre una Phantom Share y retribución fija, de tal forma que el Counsel, aun no siendo socio político, si lo sería en el aspecto económico.

Desde nuestra firma LBO Abogados tenemos muy claro cuáles son los aspectos a tener en cuenta para rodearse de talento. Recuerda siempre tener los pies en el suelo y no dejarte llevar por el impulso ni por cantos de sirena de personas que te aconsejen sobre tempestades en los que ellos no han navegado.

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